Otro de mis preferidos!! Nuestro nativo manzano del campo o duraznillo, ruprechtia apelata, es una preciosura en cualquier mes del año. Es un árbol pequeño, de 4m a 8m. de altura, ideal para veredas!! No tiene espinas!
Aquí podemos comparar su tamaño al lado de dos gigantes: los algarrobos.
Desde noviembre empieza su floración, su mayor atractivo. Un techo de ramilletes de flores blancas en contraste con las hojas verdes son una maravilla.
Este ramillete color blanco amarillento es de flores femeninas, el manzano del campo tiene esta característica: las flores masculinas y femeninas están en distintos arboles. Las de color rosa pálido son las masculinas! Este detalle es ideal para las olvidadizas como yo.
A medida que va llegando el otoño el color crema de sus flores van virando al naranja , al ocre o al rojo.Una delicia.
El árbol macho pierde su pelo, perdón! sus flores primero, y los ramilletes últimos en caer son los del árbol femenino, cualquier semejanza con la realidad es producto de su imaginación!!
Miles de colores en un sólo arbolito.
Aquí ya casi son naranjas!!
Estas ramas también se pueden secar y se mantienen bastante tiempo de buen color.
Sus hojas son verde oscuro, ásperas y el tronco rugoso. Sus ramas son bastantes desordenadas y caprichosas. En invierno las hojas también cambian de color, (ocres) agregando otro tono más al festival de colores, y luego caen.
Casi tan rústico y fuerte como un quebracho puede crecer entre las piedras de las sierras, a medida que crece las va rompiendo!!. Con esto deducimos que tolera suelos muy pobres y sequías, pero no tanto el sol pleno. Si puede estar bajo la sombre de otros autóctonos que lo protejan, mucho mejor.
Bellísimo contraste de follajes, el danzante algarrobo atrás y las redondeadas hojas verdes más flores crema del manzano.
La simple belleza del manzano del campo me cautiva desde siempre, colorido como pocos, pequeño tamaño y poco ostentoso. Sutil, delicado y bello.