En una fría pero soleada tarde de agosto subimos con toda la familia el Cerro de la Cruz , en San Marcos Sierras. Es de fácil escalada, se lo realiza en una hora, y el espectáculo de la naturaleza allí arriba es hermoso y más este año después de un verano muy lluvioso. Las sierras están en su esplendor. Los horco quebrachos, ó quebracho del cerro, Schinopsis marginata, siempre se llevan todo el protagonismo.
Una de las características que más me gustan del quebracho, es su ramaje, se extiende a lo ancho, a lo alto, a veces ordenado, y otras muy desordenado, es imprevisible. Fuerte y oscuro su tronco es un árbol que rebosa personalidad.
Los manzanos del campo, ruprechtia apetala, entremezclado con un garabato, acacia praecox, mis dos especies arbustivas favoritas. Estas quedan muy bien en los jardines privados, el garabato con una floración exquisita y perfumada y el manzano del campo con flores rojizas muy ornamentales.
Entre los manzanos del campo y pequeños quebrachitos, un cereus forbessi enorme!! precioso, escondido para el visitante desprevenido, pero no para los curiosos y observadores! Uno de los cactus más característicos de esta zona.
Miren el color y el tamaño increíble de esta bromelia, ya tenía sus flores secas, pero su atractivo principal intacto: sus hojas.
Siguiendo con los grises, este clavel del aire, tilladsia, encantador cual pulpo se prendía de un espinillo que recién estaba brotando.
Esta enredadera es preciosa, con sus atractivas semillas, la urvillea uniloba, también la conocemos como isipó tinqui. A mis hijos les encanta en ruidito que hacen sus semillas!
Y a quién no le gusta buscar pequeños helechitos entre las piedras? Gracias a las lluvias de este verano, nos encontramos con muchísimo de ellos!
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