En este mes, los algarrobos nos deleitan con su verde fosforescente, pintando el paisaje de un color tan característico y único que ningún otro árbol es capaz de superar. Este espectáculo dura poco, un mes o un mes y medio ya que sólo sucede con los brotes de la nueva temporada, la primavera.
Sólo: como punto focal, en grupos: tipo bosque, en hileras: como en la foto, siempre la presencia de un algarrobo tiene protagonismo. Su fuerza, color, textura le otorgan carácter a cualquier diseño de paisaje.
Comparen el color intenso de los brotes con el tono marrón del tronco, y los grises del suelo. Atrás se asoma el verde seco de una brea.
El contraste exquisito de sus hojitas con los pompones amarillos pálido de los garabatos.
Este es un acercamiento de la primer foto, observen el increíble juego de formas de las ramas.Los algarrobos pueden tener entre 10m. y 15m, debido a los desmontes ya no encontramos ejemplares más altos. Este es un algarrobo que está a la entrada de San Marcos Sierras.
Alcanzan a dimencionar el diámetro del tronco de este ejemplar? Luego de preguntar a los lugareños, calculan que este prosopis tiene entre 300 y 400 años!!!. Pensar que los bosques nativos de estas zonas estaban llenos de estos ejemplos!!
De cuantas historias habrá sido testigo este majestuoso gigante...Varios siglos después, el algarrobo sigue regalando esta lluvia verde fosforescente cada primavera en sus brotes.
Esta entrada está dedicada a la Arq. Patricia Ferreyra, guardiana incansable de nuestro bosque nativo, y dueña de estos conceptos.
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